Unidas Podemos abordó la "preocupante" situación del colectivo del SAF
El diputado de Unidas Podemos, Antón Gómez Reino, mantuvo una reunión con el colectivo del SAF en Chantada, un grupo de mujeres trabajadoras y ex trabajadoras del Servicio de Ayuda en el Hogar de esta comarca, con las que abordó su delicada situación sociosanitiaria y laboral en esta pandemia y sus consecuencias tanto por la precariedad del empleo como por su vulnerabilidad ya que no todas fueron inmunizadas.
"Si alguna lección nos deja esta pandemia”, manifestaba Gómez Reino, “es la necesidad de replantear el sistema de cuidados en la fortaleza del público”, manifestó el diputado gallego, que se comprometía hoy a elevar a las instituciones las demandas desde colectivo y urgir a la Xunta de Galicia a incorporar a todo el personal del SAF enseguida al plan de vacunación como colectivo preferente.
"Hay que atajar desde ya la mercantilización de los cuidados”, señaló Gómez Reino. Desde Unidas Podemos venimos defendiendo que "la salud y los cuidados no son ni pueden ser un negocio del que sacar rédito económico como bien haciendo el Gobierno de la Xunta de Núñez Feijóo, privatizando servicios que habían debido ser públicos, dignos, con garantías". Avanzó que se trabajará en el Congreso para lograr que se reconozcan como enfermedades profesionales las dolencias que sufren habitualmente las personas dedicadas a los cuidados y que derivan de la dureza del propio trabajo, en el que se echan mucho peso las costas en el auxilio de mayores y dependientes.
El diputado escuchó el relato de unas trabajadoras que vieron como "sus empleos se deterioraban toda vez que el servicio de ayuda en el hogar, anteriormente público, fue privatizado a manos de empresas vinculadas la órbita de Florentino Pérez lo que derivó, inmediatamente, en precariedad, reducciones y despidos con severas repercusiones en la atención a los mayores y dependientes y en la calidad de los cuidados".
El personal del SAF de Chantada, un colectivo ampliamente feminizado, relató casos de compañeras que fueron despedidas después de muchos años de actividad cuando se encontraban en situación de baja médica con dolencias, muchas veces físicas derivadas de la propia dureza del trabajo en el que cargan mucho peso en las costas. Además, denuncian que no se actualiza el convenio desde lo 2009, un acuerdo que las nuevas empresas no respetan y no les aplican en las retribuciones. La negativa, apuntan estas mujeres, suele derivar en el despido.
La ayuda en el hogar,- defiende Gómez Reino- además de imprescindible en una sociedad envejecida y dispersa como la nuestra, también puede ser una fuente de creación de empleo, empleo digno y con garantías.