Los incendios siguen sin dar tregua en Ourense y superan las 71.000 hectáreas calcinadas

El fuego continúa extendiéndose por la provincia de Ourense y, según el último balance provisional de la Consellería de Medio Rural, este lunes permanecen activos siete fuegos y otros cinco están estabilizados, superando ya las 71.000 hectáreas arrasadas. La colaboración vecinal ha vuelto a ser clave en las aldeas afectadas, que se preparan para otra noche de tensión.
La Xunta mantiene activa la Situación 2 en todo el territorio, lo que implica mayor rapidez en la movilización de medios de la comunidad, del Estado y de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El operativo trabaja reforzado, pero los frentes son tantos y tan virulentos que resulta imposible mantenerlos bajo control.
Uno de los fuegos más devastadores es el que une los incendios de Chandrexa de Queixa y Vilariño de Conso, iniciados hace más de una semana en Requeixo, Parafita y Mormentelos. El pasado jueves ambos se fusionaron en un único gran frente que ya ha calcinado unas 17.500 hectáreas, extendiéndose también a Manzaneda, Montederramo, A Pobra de Trives, O Bolo y Laza. La magnitud del frente obligó a desplegar un operativo masivo con más de un centenar de brigadas, alrededor de un centenar de motobombas y el refuerzo de medios aéreos y de la UME.
Otro de los incendios más virulentos comenzó el martes 12 en Oímbra, en la parroquia de A Granxa, y se unió con el que se había iniciado días antes, el 9 de agosto, en Xinzo de Limia, en la zona de Gudín. El fuego avanza sin control y ha calcinado ya alrededor de 15.000 hectáreas, extendiéndose a los términos municipales de Monterrei, Cualedro, Verín, Laza, Trasmiras, Castrelo do Val y Baltar. También aquí se ha desplegado un gran dispositivo, con decenas de brigadas, cerca de un centenar de motobombas y más de medio centenar de aeronaves, además de efectivos de la UME.
En A Mezquita, el incendio declarado en la parroquia de A Esculqueira el martes 12 arrasa unas 10.000 hectáreas, afectando igualmente a los concellos de A Gudiña y Viana do Bolo y traspasando incluso la frontera hacia la provincia de Zamora. La extinción se apoya en medios terrestres y aéreos gallegos, en la UME y en equipos desplazados desde Portugal.
Vilardevós se ha convertido en otro de los puntos críticos. En la parroquia de Vilar de Cervos permanece activo desde el miércoles 13 un fuego que alcanza ya las 900 hectáreas, mientras que en Moialde se reactivó el jueves 14 un incendio que había comenzado el lunes 11 y que ha afectado a unas 500 hectáreas.
El mayor incendio en superficie se localiza en Larouco, en la parroquia de Seadur. Declarado el miércoles 13, ha devastado unas 20.000 hectáreas y se ha propagado a concellos como Quiroga, O Barco de Valdeorras, O Bolo, Carballeda de Valdeorras, A Rúa, Petín, Rubiá, A Veiga y Vilamartín de Valdeorras. Con la UME desplegada en el terreno, el frente continúa activo y ha obligado a un dispositivo gigantesco con más de 150 brigadas y un centenar de motobombas.
También siguen ardiendo los montes de Carballeda de Avia y Beade. Los incendios iniciados en Vilar de Condes y en As Regadas el pasado viernes acabaron uniéndose en un único fuego que permanece activo y que afecta a unas 3.500 hectáreas repartidas también entre los municipios de Avión, Melón, Leiro y Ribadavia. Eso sí, la situación este martes parece permancer bajo cierto control.
A estos siete grandes frentes activos se suman otros cinco que han logrado ser estabilizados. En Maceda, los incendios de Castro de Escuadro y Santiso, declarados entre el domingo 10 y el martes 12, se unieron en un único frente que ya no avanza, tras calcinar unas 3.500 hectáreas y afectar también al municipio de Vilar de Barrio. En Vilardevós, el fuego de Fumaces y A Trepa está bajo control tras arrasar unas 100 hectáreas, mientras que en Riós se ha estabilizado el incendio de Trasestrada, que quemó 20 hectáreas. Otros dos fuegos, el de San Cibrao das Viñas, iniciado el sábado 10 en Rante y con más de 60 hectáreas afectadas, y el de Montederramo, en la parroquia de Paredes, con 120 hectáreas, también permanecen estabilizados tras varios días de lucha.