Las trabajadoras de las residencias privadas de mayores y centros de día de Chantada reclaman un convenio digno

Las trabajadoras de las residencias privadas de mayores y de los centros de día están secundando este miércoles la cuarta jornada de huelga en demanda de un convenio que dignifique sus condiciones salariales y laborales, y como respuesta al bloqueo patronal de la negociación colectiva. Como en jornadas anteriores, la huelga está marcada por los servicios mínimos abusivos decretados por la Xunta de Galicia, pese a lo cual las trabajadoras han vuelto a demostrar su disposición a luchar hasta conseguir las mejoras que merecen.
En este cuarto día de huelga se han sucedido las acciones de protesta en todo el país con concentraciones, manifestaciones, actividades reivindicativas e incluso un “entierro del convenio”. Hasta 13 movilizaciones convocadas por la CIG en otras tantas localidades, a las que hay que sumar las protestas del personal nombrado en servicios mínimos frente a los centros, para mostrar su apoyo a la huelga y reivindicar también una atención de calidad para las personas usuarias.
En Ferrol, además, se aprovechó para registrar en la Xunta de Galicia cerca de mil firmas recogidas entre la ciudadanía en apoyo a las demandas de las trabajadoras y por un servicio de cuidados de calidad. Mientras tanto, trabajadoras de varios centros de la comarca de A Coruña se desplazaron hasta A Laracha para apoyar a las compañeras de la residencia y centro de día, que viven una situación laboral deplorable, y algunas de ellas tienen pendientes hasta dos meses de salario. Este centro pertenece al Consorcio Gallego de Servicios de Igualdad y Bienestar, pero está gestionado por la empresa Siad24 Galicia.
A través de estas protestas, las trabajadoras quieren denunciar las propuestas “miserables” presentadas por la patronal, que tiene bloqueada la mesa de negociación desde el pasado mes de octubre. “Estamos reivindicando unas condiciones salariales y laborales dignas, pero la patronal solo nos ofrece migajas, a pesar de obtener beneficios millonarios y subir los precios a las personas usuarias”, critican.
La CIG-Servicios recuerda que este es un sector altamente feminizado y muy precarizado, en el que la mayoría de las trabajadoras cobran por debajo del SMI y que registra una elevada incidencia de enfermedades músculo-esqueléticas —no reconocidas como profesionales— debido al gran esfuerzo físico que exige el trabajo. “Las incapacidades temporales no se reconocen desde el primer día ni al 100%, por lo que muchas compañeras van a trabajar aún estando enfermas”, advierten las delegadas de la CIG. La reducción de la jornada máxima anual es otra de las principales demandas del sector para este convenio.
“Le pedimos a la patronal que se siente a negociar con nosotras y llegar a acuerdos para un nuevo convenio que no sea de mínimos, sino un convenio decente, que es por lo que estamos luchando”, afirman.
Ratios obsoletos
Ponen el acento en la constante sobrecarga laboral que debe asumir el personal debido a la falta de trabajadoras y al deterioro asistencial que esta precariedad supone para las personas usuarias. “En la mayoría de las residencias, una sola trabajadora atiende a 10 o 15 personas dependientes y tenemos dos horas para hacerles todo lo necesario (levantarlas de la cama, asearlas, cambiarles el pañal, etc.). ¿Cómo podemos ofrecer una atención digna a estas personas?”.
Por ello, exigen una actualización de las ratios “que han quedado totalmente obsoletas” y que se adapten a las necesidades reales de los centros. “No puede ser que haya turnos de noche con solo dos trabajadoras para atender a 150 residentes; residencias con 60 personas y una sola auxiliar; o que por la noche no haya presencia física de personal de enfermería porque la Xunta decidió en diciembre modificar la orden de ratios y eliminar esta obligatoriedad”, denuncian.
“Ha llegado el momento de alzar la voz y decir basta: necesitamos condiciones de trabajo dignas y salarios justos. Este es un sector esencial, pero está tan precarizado que falta personal precisamente por las malas condiciones laborales. No hay vocación que soporte esta precariedad”, concluyen.
Esta cuarta jornada de huelga pone fin al actual calendario aprobado por las trabajadoras. Sin embargo, ante la falta de movimientos por parte de la patronal y la falta de implicación de la Consellería de Política Social en el conflicto (que ni siquiera respondió a la petición de reunión realizada por la CIG-Servicios en septiembre del año pasado), en las próximas semanas se celebrarán nuevas asambleas de personal para acordar las siguientes movilizaciones y acciones a realizar en demanda de un convenio digno para las residencias privadas de mayores y centros de día.