La FEARS rechaza la instalación de una planta de biogás en O Saviñao

La Federación de Asociaciones de la Ribeira Sacra (FEARS) rechaza la instalación de plantas de biogás en la Ribeira Sacra y, en concreto, el proyecto que pretende ubicar una en Vilaesteva, en el municipio de O Saviñao.
Desde FEARS advierten que O Saviñao “es un territorio íntegramente rural, con características propias desarrolladas a lo largo de muchas generaciones y con unos recursos que debemos conservar: la viticultura, la ganadería, la apicultura y, en los últimos años, el cultivo de olivos y la agricultura ecológica”.
Por ello, señalan que “nos encontramos en un momento en el que surgen nuevos sectores productivos. La aparición del turismo y el atractivo del territorio de la Ribeira Sacra se basan en los valores del patrimonio, el paisaje y la naturaleza”, pero advierten que “transformar nuestro rural en un territorio industrial contaminante es, como mínimo, contradictorio y peligroso, y puede traer consecuencias nefastas para el futuro de nuestra comunidad”.
En cualquier caso, aseguran que lo más grave son “los perjuicios que esta instalación causará a la población, por lo que el gobierno municipal debe rechazar la implantación de esta amenaza a nuestro territorio, como ya han hecho representantes de otros municipios”.
“Las explotaciones ganaderas de nuestra zona utilizan su propio purín y, de momento, no hay una carga de granjas sin tierra que justifique la existencia de plantas de tratamiento. Si la Xunta quiere lavar su imagen frente a Europa por el abandono en la gestión del agua, que instale las plantas de tratamiento de lodos de depuradora en las ciudades, si es que son tan inocuas como defienden. Pero, una vez más, deciden cargarle el muerto al rural”.
Desde FEARS consideran que, debido al origen industrial de los residuos, “es más que probable que contengan metales pesados, lo que supone un grave riesgo para las aguas de la zona afectada y para las cadenas tróficas animales. Además, se generarían CO₂ y metano, gases tóxicos para un entorno habitado. La producción de metano conlleva riesgos de accidentes en la planta, como explosiones o incendios”.
Además, indican que “el transporte y almacenamiento de los residuos producirían olores molestos. Si ya nos cuesta acostumbrarnos al hedor del purín, que dura dos o tres días, es difícil imaginar cómo podríamos soportar la presencia diaria y constante que provocaría una planta como la prevista”.
En este sentido, destacan que “hay que tener en cuenta que la instalación estaría próxima a un territorio densamente poblado, que comprende distintas localidades de las parroquias de Vilaesteva, Segán, San Vitorio y Chave, y que a tan solo 1,6 kilómetros se encuentra Currelos, el segundo núcleo de población del municipio, donde hay centro de salud y colegio”.
Por otro lado, advierten que “los residuos resultantes se verterían a un cauce fluvial, lo que supondría la contaminación de ese río y de las aguas subterráneas que afloran en fuentes y manantiales. Los vertidos llegarían al regato de Sanxumil, de ahí al Riazón, afluente del Sardiñeira, que además de ser la principal fuente de agua potable de Escairón, desemboca en el Miño y agravaría el problema de eutrofización del embalse de Os Peares”.
Asimismo, “el constante tránsito de camiones volquete y cisternas por carreteras estrechas y no adaptadas a estos vehículos supondría una molestia para la circulación y aumentaría el riesgo de accidentes de tráfico”, alertan.
Para la FEARS, la planta de biogás afectaría a la vida cotidiana de la vecindad y condicionaría el futuro de la población de O Saviñao, “siendo incompatible con una posible candidatura a Patrimonio de la Humanidad, que exige preservar el paisaje, el medio ambiente y el patrimonio”.