Interior Galego Vivo denuncia la “opacidad” de la candidatura de la Ribeira Sacra a Patrimonio Mundial

Interior Galego Vivo critica el proceso de la candidatura de la Ribeira Sacra a Patrimonio Mundial, al que acusa de ser “muy opaco desde el principio”, pese a que recuerdan que “un elemento esencial para obtener esta distinción es la participación social”.
En este sentido, señalan una falta de transparencia respecto a los gastos que la promoción de la candidatura está ocasionando tanto para la Xunta de Galicia como para las administraciones locales, señalando que “a los gastos de la Xunta se suman aportaciones municipales en conceptos de propaganda o actuaciones que, presentadas como promoción turística, apenas repercuten en la calidad o cantidad del turismo de la zona”.
Desde IGV ponen como ejemplo las certificaciones de Calidad Turística, donde denuncian que “se cobra por el uso del ‘sello de calidad’ pero también por la certificación y auditoría de los mismos”. Explican que, para mantener esta distinción, “los ayuntamientos gastan cientos de euros en conceptos de uso de la marca Q de calidad y en la certificación por parte de empresas”.
Así, dicen, “en 2025, los gastos para mantener la Q de calidad de la red de miradores del Ayuntamiento de Sober ascendieron a 2.396,53 euros. En el caso de Chantada, ascienden a 2.669,99 euros, repartidos entre 552,49 euros por los derechos de uso de la marca, 907,50 euros en auditoría del sello Q y 1.210 euros del sello S”.
Además, advierten que las actuaciones de asociaciones privadas o empresas son apoyadas con fondos municipales, poniendo como ejemplo los 495 euros del autobús de la Asociación de Periodistas Gallegos en Madrid para visitar la zona, o el autobús de la Junta Directiva del Celta, con un coste de 350,90 euros.
“Estamos hablando del uso de fondos públicos de distintas partidas, como la promoción turística, que realmente solo es propaganda del proceso de candidatura a Patrimonio Mundial, sin que la ciudadanía pueda fiscalizar en conjunto el dinero público empleado”, afirma Paula Verao de Agroma Sober. La Xunta y los ayuntamientos, denuncia, están “apostando todo a la carta del Patrimonio Mundial que, aunque se consiguiera, no solucionaría los múltiples problemas estructurales de las comarcas de la Ribeira Sacra”.
Por su parte, Antom Fente, portavoz de Por Chantada, apunta a problemas estructurales como el despoblamiento o la falta de ordenación territorial, que dice “se traduce en una pésima prevención de incendios”, y que siguen sin solucionarse. Mientras tanto, dice Fente, “nuestros alcaldes se dedican a construir fuentes mastodónticas en Monforte, pagar excursiones en autobús en Sober o gastar en Chantada más de 1,8 millones de euros en facturas pagadas sin cumplir la Ley de Contratos del Sector Público en lo que llevamos de 2025”.
Además, añade, la ciudadanía “no tuvo voz ni voto en la candidatura a Patrimonio Mundial, en una gestión que recuerda más a antiguas colonias que a un estado democrático del siglo XXI”.