Descubriendo el patrimonio: el Souto de Rozavales

En la parroquia de San Martiño de Arriba, en Manzaneda, se encuentra un pequeño uno de los paisajes con más historia de la provincia de Ourense: el Souto de Rozavales. Con apenas 1,8 hectáreas de extensión, este castañar centenario, que fue declarado Monumento Natural en el año 2000, constituye un paraje natural de extraordinaria belleza con siglos de historia.
Este espacio, que forma parte del Macizo Central de Ourense, no es propiamente natural, sino que fue modelado por el trabajo human. Los castaños que lo pueblan fueron plantados en filas por campesinos hace siglos, no sólo para alimentar con sus frutos, sino también como fuente de madera. La disposición ordenada de los árboles, fruto de ese pasado agrícola, sigue siendo visible en la actualidad.
De entre todos ellos, hay uno que destaca especialmente. Se trata del Castiñeiro de Pumbariños, un ejemplar de más de 12 metros de perímetro de tronco y 16 metros de altura, que ha sobrevivido durante generaciones, coronando el lugar. Algunas estimaciones lo sitúan incluso por encima del milenio de vida. Su tamaño y sus siglos de historia le han valido la inclusión en el catálogo de Árbores Senlleiros de Galicia.
El árbol fue considerado durante mucho tiempo un “castaño sin tierra”, ya que pertenecía a una familia que no era propietaria del terreno donde se asentaba. Esta peculiaridad no impidió su cuidado ni su transmisión generacional y, en 2005, fue donado a la Xunta de Galicia para garantizar su protección. El espacio cuenta hoy con bancos instalados a pie de tronco para que los visitantes puedan contemplar el paso del tiempo a través de él.
Más allá de su valor paisajístico, el Souto de Rozavales es un espacio de biodiversidad destacable. Aves silvestres, insectos y otras especies encuentran refugio en este entorno de media montaña.